Espacios de Encuentro

Espacios de encuentro
 Espiritualidad y meditación

Admiración y agradecimiento
es lo que experimento al contemplar
a los Padres y Madres del Desierto.
Admiro su sabiduría, pues supieron
escuchar las voces de su tiempo.
Escuchaban en silencio y descubrieron
la Fuente que fluye dentro,
en su interior, en lo profundo,
la Fuente que viene por todos
y está en todos, en todo.

No les importó beber de todas las fuentes
donde manaba agua limpia y sabia.
En ellos veían el rostro universal
de lo que Es y somos todos.
Esa Fuerza de Vida que emana y es gratis dada,
que se muestra más, cuanto más se da,
que se percibe dentro, y fuera.
cuanto más dentro, más hacia fuera,
y cuanto más fuera, más hacia dentro.
Nos crea continuamente.

Meditar decían,
siguiendo “el ritmo de la respiración”,
percibiendo el “aire”.
Al inhalar recibo, al exhalar suelto.
La fuente que está dentro es inagotable.
Contiene el presente, el pasado y el futuro.

Es el potencial de mí ser
la fuerza que me facilita atravesar la sombra,
y soltar esas cosas externas que tapan y ocultan,
vía purgativa decían, eso que
entretiene y aparta de la luz que soy.

Experimentar la vía iluminativa,
que permite darme cuenta y soltar
pensamientos, sentimientos, emociones…
No soy eso, soy quien ve.

Permanecer en la vía unitiva.
Sólo estar…ver… ser.
Percibir el momento tal como éste es,
conectados a la Luz que es dentro.

Admiración… agradecimiento… sí.
Los Padres y Madres del Desierto
me indican el camino …
Soy yo quien he de recorrerlo.

El camino es simple, sencillo y concreto
y a veces, escarpado y duro
(nunca más de lo que podemos).
Es sabio, ajustado y lúcido,
es único e irrepetible en cada uno,
es la “flor” del propio ser puesta en pié,
entregando, amando, siendo…
¡Lo que Es, nos empuja por dentro!

Admiración y agradecimiento. Sí.
Por su vida, por facilitarnos el camino,
por ayudarnos a ser lo que somos.
Gracias, gracias, millones de gracias,
a los Padres y Madres del Desierto.

                                 Gloria Amparo

Caminando en la vida descubrí…
que la vida es un regalo,
que cada momento es nuevo,
que el ahora puede ser pleno,
que no tengo que hacer grandes cosas, ni esfuerzos,
sólo uno, estar atenta, presente, soltando ataduras,
atendiendo lo que es y toca ahora, lo real.
Y ¡¡¡AGRADECIENDO!!!

Sí, gracias a la Vida
encarnada en mi pequeñez y grandeza,
en mi cuerpo y en el Cuerpo que Es y somos todos, Todo.

Gracias por la capacidad de amar porque sí,
porque el Amor es en mí, en ti y en todos…
El Amor nos abraza en la oscuridad y en la luz,
en el despojo y en la vida plena.

Gracias por confiar en nosotros, los seres humanos,
por ser creadores con lo que Es, con la Vida,
por inundar de hermosura la creación,
y por sostenernos en tiempos difíciles y oscuros.

Gracias por ser:
Tus ojos en mis ojos,
Tu Luz en mi luz;
Tú Poder en mi poder,
Tú Amor en mi corazón.
¡Así de grandes nos has hecho a todos!

Gracias por ser parte
de este bello Universo, del Cosmos,
y ser parte viva, íntegra y total.

Gracias por ser Uno con Todo, con toda la Creación,
Misterio infinito en esa aurora plena y eterna,
que cantan los místicos
y experimentan los que son como niños.
Gracias, sí, gracias. Yo soy gracias,
por todo y por siempre. ¡Gracias!

                                 Gloria Amparo

Aceptar,
aceptación,
decir “si”, a lo que es,
al coronavirus,
a lo que en este instante vivimos,
aquí, allí, en nuestro mundo,
dejando salir las lágrimas…

En estas circunstancias hay que llorar,
dice Pablo d’Ors,
Sí, echar el desgarro,
el miedo, la angustia,
por lo que no controlamos,
no sabemos, ni dominamos,
por este virus que nos encierra y amarra.

Llorar, llorar con los enfermos,
los mayores, los que se encuentran solos,
por los que peor lo están pasando…
hasta que se agoten nuestras lágrimas.

Y… hacer pausa,
y silencio,
y calma.
Quedarnos en casa,
en nuestra casa,
escuchando dentro
la voz de los que callan,
la voz sonora,
que brota dentro del alma.

¿Qué ves? ¿Qué oyes?
Del caos brota trémula la semilla,
de lo pequeño, lo grande,
de la separación, la unión,
de las lágrimas, la alegría
de la muerte, la Vida.

Esta pandemia no es de muerte, sino de Vida.
Nos une, iguala, hermana y empodera.
Caen las barreras, las murallas,
y todos unidos, podemos cantar,
la muerte está vencida.

                                  Gloria Amparo

Atender,
el aquí y ahora, el presente,
lo que siento, lo que pienso,
lo que vivo y experimento,
sin juicios, con cariño y compasión,
lo que es, es. Nada más.
Solo ver, solo atender.

No soy… “eso que veo”,
“soy quien ve”.
“El Espacio Consciente que Observa”.
Gran Misterio.
Atención, consciencia.

Un minuto, un minuto de atención
puede cambiar tu vida.
Puedo pasar de la rutina a la atención,
de la agitación a la calma,
de la tristeza a la alegría,
del juicio a la acogida,
de la superficialidad a la creatividad,
a la Vida.

Atender, atender mi vida
facilita atender la vida de los otros,
de niños y mayores,
de jóvenes y adultos,
de amigos y desconocidos,
de personas cercanas y lejanas.

Si respiro antes de actuar,
desactivo automatismos,
y es más fácil poder responder,
sostener y calmar.

Atender, mirar dentro,
mirar mi propia vida sin miedo,
con valentía y decisión,
con mucho amor.
¿Quién soy?
¿Qué siento y experimento?
¡Qué gran Misterio!
¡Qué gran aprendizaje!
Vivir desde la calma y la felicidad.

No la busques fuera, está dentro.

                         Gloria Amparo

Mi cuerpo, lugar sagrado,
donde lo que Es y soy… vive.

Mi cuerpo, mi tierra, mi casa,
necesita ser cuidado, amado,
respetado y escuchado.

El cuerpo, nuestro cuerpo,
está preñado, habitado…
Habla, gime y sonríe…
Actúa y expresa quien somos,
de múltiples maneras.

Insiste a tiempo y a destiempo,
nos sorprende, admira, y a veces…
¡Grita! Sí, grita.
Nos dice que tiene hambre, sed,
ésta u otra necesidad,
lo que puede y debe, o no, hacer,
pero sobre todo…

El cuerpo expresa lo que soy,
lo que siento y quiero,
lo que me ata o libera,
lo que me hace crecer,
y lo que me impide ser.

Escucha, atiende, cada momento
tu cuerpo interno habla,
y te centra, te centra en tu centro,
en lo que vives, eres y la vida te regala.

Escucha, atiende, mira tú interior,
no tengas miedo, la sabiduría te acompaña.
Sólo necesitas hacer silencio, silencio mental.
¡No dejes de meditar y de escucharlo en silencio!

El cuerpo habla de ti y no te engaña.
Atraviesa en él, bosques, valles y tinieblas,
pero sobre todo… descubre el Misterio,
y no te creas nada. Lo que Es, está dentro de ti.

Experimenta, saborea, descubre tu propio rostro.
El Misterio, el Universo, lo que Es y somos todos…
¡Esto es mi Cuerpo! Dijo Jesús. ¡Esto es Navidad!

                                  Gloria Amparo

Atender la respiración,
inspirar, retener, expirar,
ese movimiento,
esa vibración del aire
circulando por mi cuerpo.

El ritmo respiratorio.
Inhalo, pausa, exhalo.
Recibo, vivo, doy.

El atender la respiración,
me trae al presente,
a darme cuenta que atiendo.
La calma interior aparece,
la quietud y el silencio.

Atención a la respiración,
ahí brota el Misterio,
la brisa, lo nuevo,
la quietud y el silencio.
Es vida, es paso de crecimiento.

                Gloria Amparo

El amor es lo que es,
lo que permanece,
nos constituye,
nos habita dentro.

Si observo,
la realidad está preñada de amor.
La naturaleza, las plantas, las flores,
nos brindan paz, belleza, alimento, savia…
Los animales,
compañía, alegría, libertad…
Los humanos, los niños, las personas,
empatía, sencillez, comprensión, bondad…

El amor es.
Es dentro de cada ser que habita el amor.
Si lo dejo crecer, lo sentiré.
Si dejo al lado el ego, brotará.
Si perdono… el amor es.
Lo que es, lo que somos, es amor.

Sí, vivir desde el ser,
soltando amarras,
ataduras y sufrimientos.
El amor es.

                Gloria Amparo

Silencio…
Calma…
Quietud…

Silencio…

Escucho el silencio y al hacerlo, suelto,
suelto pensamientos, recuerdos,
experiencias pasadas o anheladas…
suelto.

Silencio…

Para ver el ego, la angustia,
los deseos o los miedos,
y deshacer nudos de sufrimiento.

Silencio…

En él brota la vida, la sabiduría,
la belleza y hermosura de lo nuevo
que está naciendo.

Silencio….

Al escuchar el silencio, percibo
libertad y alegría,
la inmensidad del Misterio,
la quietud sonora,
el vacío pleno.

Silencio…

Silencio…

                      Gloria Amparo

Gloria Amparo Lezcano
· Maestra, Diplomada en Ciencias Religiosas.
· Instructora en Meditación y Consultora en Mindfulness Transpersonal.
· Presidenta de la Asociación «Espacios de Encuentro G. A.»

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